Alicia En El País De Las Maravillas

Domingo, Agosto 16, 2015

      Nos encontramos ahora, ante una cinta ambigua, discutible, que de alguna manera nos reengancha con el cuento original de Lewis Carrol, en el que narra las peripecias de una niña de seis años, que entra en contacto con un mundo diferente al que habitan el resto de los mortales. Esta cinta, sin embargo, nos presenta a una Alicia, unos trece años después. Algo lejos de la idea original de Carroll, nos señala a una chica, con un destino que cumplir en una especie de Infratierra: “Underland”, antes de continuar su viaje en el plano que llamamos realidad de lo tangible. Así, empieza esta historia, dirigida por Tim Burtom, quien toma un gran riesgo al intentar darle una interpretación personal y única a una idea ya recreada y estereotipada, en cuanto a personajes y características de ambiente, se refiere. Por supuesto, nos hace pasar completamente al realismo mágico. Y desde aquí, es un buen logro.

      Alice Kingsleih (Mia Wasikowska), hija de Charles Kingsleih, un hombre rico que pretende establecer rutas de comercio en el siglo diecinueve, es llevada a una fiesta de jardín donde Hamish (Leo Bill), hijo de uno de los socios de negocios de su padre, le hará una propuesta de matrimonio. En medio de su rebeldía interior a casarse de manera predeterminada, y a tan corta edad, Alicia es distraída por la aparición de un conejo, con un gracioso chaleco, el cual le hace señas para que lo siga. En su prisa, por alcanzar al conejo, la chica cae por un hoyo situado al pie de un gigantesco árbol, cayendo en una extraña habitación, donde comienza su historia hacia “Underland”.

      En la habitación, Alicia consigue una llave que le abrirá la puerta hacia ese extraño mundo, pero para ello, antes debe alargarse, pues la llave está fuera de su alcance, y luego encogerse para pasar por dicha puerta. Debe confiar en sus instintos y tomar un pedazo de pastel, que señala: ¡cómeme!, el cual la hace aumentar su tamaño hasta llevarla a alcanzar la mesa. Entonces, toma la llave y luego bebe la poción para encogerse. Ahora, está lista para retornar al mundo de donde ella piensa, está extrayendo sus fantasías imaginarias, las cuales asocia con sueños, y no con la posible idea de haber estado en tal jardín,en algún momento de su vida. Así, nuestra protagonista, cruza la puerta con un espíritu aventurero, sin repliegues, que la lleva a encontrarse con peculiares personajes, aún sin saber con qué objetivo.

      El conejo blanco (Michael Sheen), el lirón (Bárbara Windsor), el pájaro (Michael Gough), y los gemelos (Matt Lucas), son su primer contacto en Underland, quienes intentan saber si es la Alicia, que configuró la primera historia o no, pues esta no recuerda nada acerca de ellos y sólo lo asume como una ilusión de su mente. Por ello, la llevan hasta Absolom, la oruga (Alan Rickman), quien representa al filósofo sabio de Underland y posee el pergamino donde están plasmadas las maravillas de este mundo desde su creación hasta las predicciones que lo destruirán, si no se cumple con el destino pautado, para lo que Alicia es clave, pues el oráculo cita que en un tal día, conocido como el "Frabjous Day", Alicia retornará para matar al Jabberwocky, y devolverá la corona a la Reina Blanca. Absolom, no da certeza, tampoco, de que ésta Alicia, sea la correcta para cumplir con esta empresa, pues ella, no sólo no recuerda haber estado allí, sino que se considera incapaz de matar nada. Todos los caracteres nombrados, anteriormente en este párrafo, conforman a las voces de la película.

      El reto, para Alicia aquí es devolverle la corona y el poder a la Reina Blanca, quien ha sido despojada de éste por su hermana, llamándose así misma la Reina Roja, creando una división de poderes y fuerzas. Unas que apoyan la luz, y otras que soportan el lado de las sombras. Y, aquí, el reto, para Tim Burton, partiendo desde la historia original de Lewis Carroll, es tratar de socavar un tanto los repliegues de estas fuerzas, e introducirnos en la pelea histórica que figura desde el comienzo de los tiempos conocidos, luz-sombras, de innumerables cuentos y quehaceres, desde lo más cotidianos hasta los más inusuales, haciendo uso de los artilugios del realismo mágico, ofreciéndonos un mundo divertido, aunque grotesco, en ciertos aspectos. Sin embargo, los caracteres, bien logrados y dominados, especialmente la oruga, y el Gato, no sólo en 2D, sino luego, transportado a 3D, (voz Sthepen Fry), aunque la crítica exponga que es una especie de suicidio voluntario atreverse a llevar estos caracteres a la tercera dimensión, pues sólo funcionaron como un subterráneo sin control, no se perciben como tal.  Se asombran en una suerte de contraste tangible con el realismo mágico, lo cual lo hace enteramente real, y a la vez, saborizado.  Es notable, también, el uso de los movimientos y peculiaridades en el colorido paisaje, aunque posea ciertos detalles irreverentes, no detalladas, en donde podemos ver el cielo, en ciertas escenas desde la Infratierra. ¿Pero, qué cielo?. Sin embargo, creo, es de considerar el trabajo de Robert Stromberg, en esta cinta, quien además de haber sido el diseñador de producción de Alicia, fue el Director de Arte en Avatar, y podemos añadirle un plus, pues merecidamente, recibió el Oscar de la Academia, este 2010, por su trabajo como mejor logro en Dirección de Arte, en esta última cinta a la que hicimos mención.

    Volviendo, ahora, a nuestro Gato, quien ejecuta el rol de dirigir y cuidar a la chica, hasta el sombrerero (Johnny Deep). La misión del sombrerero, la de ayudar a Alicia a completar la ley del oráculo. Es él, quien le explica cómo después que ella sale de Wonderland, en su primera visita, la Reina Blanca (Anne Hathaway) es despojada del trono por su hermana, quien se convierte en la Reina Roja (Helena Bonham Carter), y qué debe hacerse para que los poderes confluyan de nuevo en la Luz (Reina Blanca).

     Más adelante, en el momento que Absolom, debe transformarse en mariposa, pues finaliza este estado de conciencia para recrearse en el otro, le explica a Alicia ciertos detalles de su historia pasada en Wonderland, permitiéndole a su mente hacer la integración final con aquello que ella representa, arquetípicamente, ella para Underland y así, es como ésta se compromete a cumplir el objetivo en su mundo paralelo, destetándolo del egoísmo y la mezclilla del poder.

     La cinta, además nos presenta una Alicia no conformista, pues al final, nos ofrece a una chica que no desea comprometerse en un matrimonio, y le propone al viejo amigo de su padre, con el que éste hacía negocios, llevar la ruta comercial de los barcos hasta China, quien no sólo es sobrecogido por la idea si no que coloca a Alicia, a la cabeza del proyecto.

     Esta proyección puede tener muchos puntos “sub-reales” o surrealistas, por llamarlos de algún modo no contemplativo quizás, pero donde cada uno le puede dar el significado que quiera. Por otro lado, es una cinta exponencial de realismo mágico, donde los protagonistas, se integran en pos de un objetivo común, aunque la lógica esté sobrevaluada o no sea el instrumento específico del guión escrito por Linda Wolverton, o incluso en el cuento original, por el mismo Carrol. Al final, es un tipo de guerra, pues siempre están implícitos los enfrentamientos entre los poderes temporales, e incluso atemporales. En lo que a mí respecta no es un cuento para niños, por lo que no se lo puede ver y menos reseñar como tal; considero, que nunca lo fue, ni siquiera en la pretensión de Lewis Carrol, en su versión original, quien ya, para ese entonces, crea a sus personajes, un tanto grotescos, enfrentando a la mente de los lectores con arquetipos burlones, poderosos, inmaduros, contingentes, pero existentes por eones en nuestras ideas de mundos. Es una fiel representación de muchos de los modelos mentales a los que todos nos hemos enfrentado alguna vez, directa (el propio Yo) o indirectamente (el yo colectivo -del que conformamos una parte-).