Preguntas subconscientes que corren en línea de psicofonía, intentando entender tu patrón de revuelta, de lamentos, de expresioens inversas a la regla. Ha sido como si una chaqueta pudiera pasar, realmente, de moda; es cuando observando la línea de las mangas y el corte transverso del busto, tú te-le has preguntado, ¿y a tí quién te ha dejado?..ya sabiendo por respuesta anticiada los márgenes a los que por ceñirse a algo, se ha ceñido la psicología occidental. Nadie pordía. Tú no podías, ellos no podían. Podíanse alejar-se, distanciarse, auto-desembarazarse, pero no irse, como tal. Indagando en la naturaleza, ¿habrá sido: Padre o Madre?, se preguntan, te preguntan. ¿Quién ha sido que te ha soltado del brazo?. Te han dejado carente ¿antes de la expansión, de la concepción, o a la hora parida?, ¿ha sido después entre humos de tabaco, horas hombre, horas hogar a domesticar, o ignorancia febril a las emociones, llanto perentorio por el nuevo nato? Todos son tíos, primos, sobrinos de la misma historia. Un nacimiento en la famlia. Contextos para avergonzarse, redimirse, abrazarse, entronar o escapar. Yendo de la mano, intentando no guardar una carta bajo la manga, esperando que algo corra peligro como cuando estás desinformando para que pase a ser patrocinado y desvelado por los que te dan la señal y te hacen responsable de las pataletas futuras como si de no cumplirse caprichos se tratase. Como si todo se reduciese a las sombras, a los arquetipos universales, a un puñado de hojarasca a machacar en un mortero con un montón de hierbejos más para hacer un conjuro y destetar así a la sombra que te empaña, a la que empaña al colectivo, a la que nos hace sucumbir ante ciertas pasiones que parecen ser sólo sexuales o a contrastes entre combatientes por poder, por enfrentamiento, por revuelo. Se define que peleas con Padre cuando traes la sombra de abandono inherente a su amor al desentender siempre el rol del otro como un potencial y no como una cuerda para guindarte tú o cercenar al otro. Cuando te dejas avasallar por lo Constreñido, lo celoso, lo iracundo y te conviertes en el Protector heroíco o proveedor majestuoso de toda una liga de fútbol. Se define que peleas con Madre por abandono cuando te subyugas ante otras damas y te conviertes en su escape, en su burla, o cuando te conviertes en heroína y pareces ser la Madre de todos. Una Tara liberadora. Hitos que romper, parece pues. Sin embargo, en realidad, aún hoy, esto es toda una jerga de pa´lante y pa´trás entre la psiquiatría y la psicología donde nadie puede contarte el final de la historia escrita, ni la conclusión de los mapas empezados pero nunca terminados, ni las letras atiborradas de signos de puntuación y efémerides pero sin linealidad, ni te pueden señalar cuáles hilos vas a usar pues han estado guardados en el costurero por falta de aguja que enhebrar, y por último ni siquiera los doctores aquellos que podrían contestarte las preguntas que ellos han develado te las van a exponer abiertamente, porque para caso -¿por qué querrían hacerlo?- y si quisieran hacerlo, se sabe y se conoce que la historia develada es sólo marco de referencia, que las sombras, sombras son, que los sueños sueños son -según Calderón de La Barca-, que la muerte es sólo vida desacontecido de lo acontecido, que lo vivible es, en realidad son sólo bocas saladas, es la vida del viviente, del que vendrá, del que hará nueva historia; o quizás la del que marque un nuevo récord Guinness para dejar cifrada una nueva velocidad referencial, en la que se fundamentará el próximo hito a romper de lo que una una mente revuelta constituya, de una revolucionaria, ilimitada. Ni padre ni madre. Ni tú, ni él. Ambos y ninguno. Todos han marcado el destino del subsiguiente en lo dejado y en lo ofrecido. La pelea es con ambos, el reto es de siempre y para siempre. Antecesor es sinónimo de Cruce Prioritario y descendiente, sinónimo de Cruce de caminos. Es inevitable la riña, el asentamiento, la rebeldía, la caza, una casaca, el vino, la guarimba, el lecho tempranero, la salidad del hogar, un nuevo lecho, el sexo concensuado, el ílicito y, de nuevo, el asentamiento. Y, de nuevo, un ciclo que termina y otro que comienza; por ahora, las reglas, aunque subyacentes, casi imperceptibles para una mayoría de lo cotidiano han continuado repitiéndose una y otra vez, pues son lo mismo de lo mismo. Pero, es la fragancia. El juego. El único porque es la gestación del sistema. Y no importa si es "in vitro", en presencia, en esencia, en...siempre es exótico, a veces, excesivamente presencial o presencialmente excesivo, nunca mal gastado, aunque a veces, avaricioso y otras extra generoso.