El problema de intentar seguir el rumbo, o interpretar las posibilidades de un sueño analógico es que éstos no se separan de lo emergente, no separan a la muerte de la vida. No hay división entre lo cesante y lo actuante por lo que las cosas se mezclan constantemente como si siguieran en la misma nota o espacio mental, sucedáneo y simultáneo entre los protagonistas del sueño. Es como montarse en una ruta de trenes de cercanías.