"Ojalá, y no desaparecieras!

espaldas; se le acercaba una figura de caminar preciso, pero vago, de rasgos definidos y bien conocidos por su propia cultura y raíces.

       -Hola amigo...disculpe, ¿sabe usted de quien es ese aparatoso artefacto?.   Seguro, que ese cacharro es otra estúpida “donación” para el planeta, o alguna pereciente clonación de esos objetos que, supuestamente, Estados Unidos ha captado del espacio,  acerca de algunos posibles medios de transporte de otras civilizaciones, ¿y para qué nos sirve esto?, bueno, no más que para el “Museo de Los Niños”…¡más y más desechos! que, al final, sólo contaminarán más al planeta…¡Para lo que servirá!,  ¡Y que al patrimonio cultural, histórico, o yo no sé qué cuentos más se contarán entre ellos!;  y ya sabemos, son un no sirven-para-nada.  Otra de esas tareas en la que algunos científicos ¡y qué trabajan!, pero, ¿sabe, usted?, todo es en  base a nuestro dinero, ¿sabe de que le hablo, no?:  ¡impuestos!, -¿tiene  lógica la forma en que queremos descubrir lo que está más allá de esta vida?, seguía cavilando Leonardo, sin dar opciones de inversión millonaria, ni opción de opinión a su nuevo amigo, mientras trataba de congraciarse a sí mismo con su retórica de lo que era ese artefacto.  Bueno, -dice Leonardo, mirando de perfil y reojo a Daya, como intentando adivinar lo que pensaba de sus “bien apadrinados pensamientos”- considerando que esta explanada es inmensa, que los curiosos se mantendrán alejados, que no es fácil subir hasta aquí…bla, bla, bla., si, ¡seguro es eso!,  otro desecho de la ingeniería aeronáutica para probar un no sé qué, ¿sino, qué otra cosa iba a ser?, ¿verdad?... así terminó murmurando en voz baja, el recién llegado, en un intento por desviarse de otras teorías, menos creíbles para el resto pero quizás más cerca de la verdad.-.

        -Este..A ciencia cierta, no sé qué pueda ser este aparato...¡Yo, llegué hace poco, también!.

       -Por cierto, -dice Leonardo, como reconociendo por primera vez que no había estado haciendo un monólogo estructural sino que había otro ser allí, ¿quién es usted?.  ¡Ah!, ¡sí, ya sé!, seguro, vino a conocer el lugar.  Ahora está de moda, como todo lo demás.  Usted, sabe...Nosotros los occidentales siempre perseguimos esas cosas que todo el mundo sigue, porque sino uno no está en la “onda”; y si son cosas referentes a vida en otros planetas, el espacio,  criaturas marcianas, o filosofías espirituales, raparse el coco, y todo eso, ¡pues con

Páginas